En nuestra vida cotidiana, estamos rodeados constantemente de palabras: conversaciones, mensajes, redes sociales, noticias, y más. A lo largo del tiempo, hemos aprendido que las palabras tienen un poder significativo, pero también que no siempre son completamente fiables.

Muchas veces, lo I don’t trust words, I trust vibes. People can tell you anything, but a vibe will tell you everything.que se dice no coincide con lo que se siente. De esta discrepancia nace una frase popular y cada vez más relevante en el mundo moderno: **”No confío en las palabras, confío en las vibras. Las personas te pueden decir cualquier cosa, pero una vibra te dirá todo”.**

La desconfianza en las palabras

Las palabras pueden ser herramientas poderosas para la comunicación, pero también son susceptibles a la manipulación, el engaño y la ambigüedad. En cualquier interacción social, las palabras pueden ser usadas para influir, persuadir, ocultar verdades o, en algunos casos, manipular. Una persona puede decirte lo que quiere que escuches, pero eso no necesariamente refleja lo que realmente piensa, siente o planea hacer.

Por ejemplo, en las relaciones interpersonales, alguien puede proclamar afecto o lealtad mientras actúa de manera contradictoria. Un amigo puede asegurar que siempre estará ahí para ti, pero sus acciones podrían decir lo contrario cuando realmente lo necesitas.

En el ámbito profesional, los colegas o empleadores pueden hacer promesas o compromisos, pero estas palabras podrían carecer de una base real. En política, los discursos están llenos de palabras grandiosas que no siempre se reflejan en acciones concretas.

La fuerza de las vibras o energías

A diferencia de las palabras, las **vibras** son una forma más sutil y no verbal de comunicación. Se refieren a las sensaciones o energías que percibimos al estar cerca de otras personas. Estas vibras pueden ser una señal poderosa de lo que realmente está sucediendo en una interacción o en una relación. Es como una sensación interna, una intuición que a menudo se siente antes de que las palabras siquiera lleguen.

Las vibras no son fáciles de falsear. Son una mezcla de lenguaje corporal, tono de voz, miradas y, en general, la energía que alguien emite. Las vibras se sienten cuando entramos en una habitación y notamos de inmediato la atmósfera, ya sea cálida y acogedora o fría y distante.

A veces, la intuición sobre una persona o situación es tan fuerte que no necesitamos palabras para entender lo que está pasando. La gente puede decirte que está feliz o cómoda, pero si sientes que algo anda mal, esas sensaciones tienden a ser más auténticas que las palabras pronunciadas.

La disonancia entre palabras y vibras

Es común que las palabras y las vibras no coincidan. A esto se le llama “disonancia” y puede generar confusión y desconfianza. Imagínate a alguien diciéndote que está emocionado por un proyecto, pero lo hace con una voz apagada, sin entusiasmo, sin contacto visual y con una postura que denota aburrimiento o desinterés. Aunque las palabras sean positivas, las vibras no lo son, y esto te hace cuestionar la veracidad de lo que esa persona está diciendo.

Este tipo de contradicciones son señales importantes que, si las ignoramos, pueden llevarnos a malentendidos o incluso a problemas más graves. Confiar en las vibras significa estar atento a lo que una persona **realmente** está proyectando, más allá de las palabras que utiliza.

No se trata de desestimar completamente lo que alguien dice, sino de considerar cómo se sienten sus palabras y si las energías que percibes coinciden con lo que se está diciendo.

La intuición como brújula

La confianza en las vibras se basa en la intuición, que es una habilidad que todos poseemos en mayor o menor grado. La intuición es nuestra capacidad innata de captar señales sutiles de nuestro entorno y de las personas con las que interactuamos. A menudo, no sabemos exactamente cómo funciona, pero podemos sentir cuando algo no encaja o cuando una persona nos transmite buenas o malas sensaciones.

Desarrollar esta intuición requiere práctica y autoconciencia. Escuchar nuestra voz interior y prestar atención a las vibras nos ayuda a protegernos de situaciones que podrían no ser beneficiosas para nosotros.

Por ejemplo, podríamos conocer a alguien nuevo y, aunque todo parezca perfecto en términos de conversación, sentimos una inquietud inexplicable que nos hace dudar. Este tipo de intuición puede ayudarnos a evitar relaciones tóxicas o negocios engañosos, situaciones que podrían haberse complicado si solo confiáramos en las palabras.

Las vibras en las relaciones

Confiar en las vibras es especialmente importante en las relaciones personales. Las palabras pueden expresar amor, compromiso y lealtad, pero las vibras nos dicen si esos sentimientos son genuinos. En una relación de pareja, por ejemplo, puedes escuchar a tu pareja decir que te ama, pero si sus acciones y energías no respaldan esas palabras, puede que empieces a sentir que algo no está bien.

Lo mismo ocurre con las amistades. A veces, sentimos una desconexión con amigos que siempre dicen estar ahí para nosotros, pero en presencia de ellos, las vibras son tensas o incómodas. Cuando las vibras no coinciden con las palabras, es una señal de que puede haber conflictos no resueltos, resentimientos o falta de autenticidad.

La importancia del lenguaje corporal

El lenguaje corporal es una parte fundamental de las vibras que recibimos de los demás. Este tipo de comunicación no verbal puede decirnos más sobre una persona que las palabras que utiliza. La forma en que alguien se mueve, la postura que adopta, su contacto visual (o la falta de él) y los pequeños gestos pueden revelar lo que realmente está sintiendo o pensando.

Un buen ejemplo de esto es cuando una persona está nerviosa o incómoda en una situación. Puede decir que todo está bien, pero su lenguaje corporal podría mostrar lo contrario: manos inquietas, postura cerrada, evitación del contacto visual, o incluso respiración acelerada. Estas señales, aunque no se expresen con palabras, comunican claramente lo que está sucediendo en el interior de la persona.

El equilibrio entre palabras y vibras

Aunque las vibras son importantes, no debemos descartar por completo las palabras. Las dos formas de comunicación, verbal y no verbal, deben complementarse. Cuando las palabras y las vibras están alineadas, se genera una confianza natural y auténtica. Esto es lo que buscamos en nuestras interacciones: coherencia entre lo que se dice y lo que se siente.

Por ejemplo, cuando alguien te habla con un tono cálido y sus gestos son abiertos y relajados, tiendes a confiar en esa persona más que en alguien cuya energía es fría o distante, sin importar cuán agradables sean sus palabras. La clave está en encontrar un equilibrio entre ambas formas de comunicación y desarrollar la habilidad de discernir cuándo confiar más en una que en la otra.

Confiar en las vibras en lugar de solo en las palabras es una habilidad esencial para navegar en un mundo donde la comunicación a menudo puede ser engañosa.

Las personas pueden decirte lo que piensan que quieres escuchar, pero sus vibras te revelarán lo que realmente sienten. Al sintonizarnos con nuestra intuición y prestar atención a las energías que nos rodean, podemos tomar decisiones más informadas y auténticas, protegiendo nuestras emociones y nuestras relaciones.

En última instancia, confiar en las vibras es una forma de ser más conscientes de nosotros mismos y de los demás. Nos permite ver más allá de la superficie y descubrir las verdaderas intenciones detrás de las palabras.

Así, en lugar de ser influenciados por promesas vacías o palabras que no tienen sustancia, podemos guiarnos por lo que realmente importa: las vibras que nos dicen todo lo que necesitamos saber.